La transformación de un pensamiento negativo a uno positivo.

Cada vez que oigo la música a todo volumen saliendo de la habitación de enfrente pienso en el ego de la persona que la ha encendido y en su poca consideración; a veces me da pena, otras me dan ganas de hacer algo que quizás se merezca por tanto años de despotismo conmigo. No soy quién para decidirlo, tampoco creo que cualquier otra persona tenga ese poder, pero en este país existen una serie de recursos que yo podría utilizar para meter a esa persona en un agujero muy profundo.

No sólo hace que se mantenga su idiotismo continuando con esa serie de actos que no tienen ningún sentido y que además no hacen más que dar pena a la gente verdaderamente consciente, sino que me idiotiza a mí también. Algunas veces me doy cuenta de lo que me cuesta concentrarme, de lo que me cuesta encontrar palabras que conozco para describir algo muy sencillo… me parece increíble, y podría asegurar que una parte de ello es por su culpa…

Volviendo a mi lado más positivo, que suele ser el habitual y el que más me gusta, he de decir que quizás también gracias a esa persona hoy día, tenga las cualidades que tengo, y me haya desarrollado de esta manera.

Reza el refrán “no hay mal que por bien no venga” que si no me equivoco, puede resumir un poco todo esto, y este pensamiento me lleva a las palabras de un conocido que dijo: “Nada es absoluto, no hay sólo un punto blanco y otro negro, sino que hay una variedad de grises increíbles”.

Para no continuar idiotizada y entrar en un círculo vicioso, en el que las desdichas alienten a otras desdichas, voy a optar por quedarme con el pensamiento positivo; me han pasado muchas cosas buenas en esta vida, y… me las merezco.

A los psic@s con amor.

Gracias por tu aportación, Psique.

Gracias a vosotros por dejarme publicar, me sirve de terapia :P